Fri, 23/10/2020 - 17:05
La segunda ola del coronavirus ofrece oportunidades además de incertidumbreespués de un verano lleno de diversión, fiestas y relax, muchos de nosotros salimos con una renovada sensación de aprecio por todos los pequeños placeres de la vida que parecían tan lejos solo unos meses antes. Pasar tiempo con amigos y familiares, pasear por el parque y comer en un restaurante adquirieron una nueva importancia después del confinamiento. Pero a medida que el número de nuevos casos de coronavirus aumenta en todo el mundo y se vuelven a implementar restricciones en varios países, la gente se empieza a prepararse para volver a los difíciles momentos de la primavera.
La carrera por la vacuna para salir de la cueva
Todos recordamos lo devastador que fue el distanciamiento social para la economía mundial, y los índices mundiales perdiendo entre un 30 % y un 40 % de media en cuestión de días. Sin embargo, varios sectores lograron romper la tendencia. Algunos de los más destacados entre ellos fueron las empresas farmacéuticas y de biotecnología. Debido a que la carrera por encontrar una vacuna contra el coronavirus vuelve a estar en boga, sería sensato esperar a ver nuevamente algún movimiento en estos segmentos. En marzo y abril hubo mucha más incertidumbre sobre qué empresas estarían en la carrera para ser las primeras en llevar la vacuna al mercado, pero la lista de candidatos potenciales ahora es mucho más corta. Esto hace que sea mucho más fácil elegir por qué caballo(s) apostar.
Aunque actualmente hay 42 vacunas en la etapa de ensayos clínicos, solo 10 de ellas se encuentran en la fase final de las pruebas, conocida como “Fase 3”. Se cree que los candidatos más prometedores son Moderna, la empresa estadounidense de biotecnología, BioNTech y Pfizer, un esfuerzo conjunto entre Estados Unidos y Alemania, y un proyecto europeo dirigido por la Universidad de Oxford y AstraZeneca. Naturalmente, esto ha sido muy bueno, no solo para la reputación de las empresas implicadas, sino también para sus valoraciones. Por suerte para nosotros, todas estas organizaciones (excepto la Universidad de Oxford, por supuesto) son empresas que cotizan oficialmente en la bolsa. Cualquier avance o hito en la carrera de la vacuna contra la COVID-19 muy probablemente se reflejará en una subida de precio en las acciones de las respectivas empresas.
Solo los necios tienen prisa
Con las cosas tal y como están, te perdonamos si piensas de otra manera, pero hay más cosas en la vida —y en el mercado farmacéutico— que el novedoso coronavirus. Por eso es importante fijarse no solo en la posición de una empresa en la carrera por la vacuna, sino también en sus perspectivas comerciales más amplias. ¿Tiene algún otro fármaco prometedor en la línea de producción? ¿Cuántas patentes tiene actualmente? ¿Cómo se veía su EBITDA antes del 2020? Por ejemplo, Pfizer cuenta con cerca de 30 diferentes programas en las etapas finales de pruebas o a la espera de aprobación regulatoria, incluida una prometedora vacuna antineumocóccica y su medicamento para el dolor crónico, tanezumab. AstraZeneca, por otra parte, está muy centrada en la inmunoterapia oncológica en estos momentos, y casi todos sus medicamentos actuales, 14, en Fase 3 reciben la denominación de oncoterapéuticos. El mensaje clave aquí es: haz los deberes antes de abrir una posición.
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